MACHU PICCHU
Desde que fuera descubierta el 24 de julio de 1911 por el norteamericano Hiram Bingham, Machu Picchu ha sido considerada, por su asombrosa magnificencia y armoniosa construcción, como uno de los monumentos arquitectónicos y arqueológicos más importantes del planeta.
Localizada a 2 mil 400 metros sobre el nivel del mar en la provincia de Urubamba, departamento del Cusco, Machu Picchu (Cumbre Mayor, en castellano) sorprende por la forma en que las construcciones de piedra se despliegan sobre una loma estrecha y desnivelada, en cuyos bordes hay un farallón de 400 metros de profundidad- que forman el cañón por el que se llega al río Urubamba.
Ciudadela rodeada de misterio, porque hasta ahora los arqueólogos no han podido descifrar la historia y la función de esta pétrea ciudad de casi un kilómetro de extensión, erigida por los Incas en una mágica zona geográfica, donde confluyen lo andino y lo amazónico.
Los turistas que visitan esta reliquia natural quedan convencidos de que quizás el misterio nunca sea develado del todo porque hasta ahora, sólo existen hipótesis y conjeturas. Para algunos, fue un puesto de avanzada de las proyecciones expansionistas incaicas; otros creen que fue un monasterio, donde se formaban las niñas (acllas) que servirían al Inca y al Willac Uno (Sumo sacerdote). Esto se presume porque de los 135 cuerpos encontrados en las investigaciones, 109 fueron de mujeres.
La sorprendente perfección y belleza de los muros de Machu Picchu -construidos uniendo piedra sobre piedra, sin cemento ni pegamento- han hecho surgir mitos sobre su edificación.
La tradición oral cuenta que un ave llamada Kak`aqllu, conocía la fórmula para ablandar las piedras, pero que por un mandato, quizás de los antiguos dioses incaicos, se le arrancó la lengua. También se dice que existía una planta mágica que disolvía la roca y podía compactarla.
Pero más allá de los mitos, el verdadero encanto de Machu Picchu (declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1983) está en sus plazas, en sus acueductos y torreones de vigilancia, en sus observatorios y en su Reloj Solar, evidencias de la sabiduría y técnica de los constructores andinos.
Sin embargo, en estos últimos años se ha insistido en el cuidado que la gente debe tener al visitar este lugar, de hecho, la mayoría de los guías turísticos coinciden en que las medidas de precaución son nada más que estrategias para evitar el derrumbe temprano de la zona.
La preocupación además es compartida por ambientalistas y antropólogos de la Universidad Nacional de Cusco, alarmados ante el exceso de visitantes que provoca movimientos en las piedras de la ciudad sagrada, descubierta apenas en 1911.
Hay que saber que sólo en el año 2000, casi cien mil personas visitaron el complejo arqueológico de 32 mil hectáreas que es, además, poseedor de una extraordinaria biodiversidad, esto porque Machu Picchu y toda la zona de Cusco se encuentra sobre la placa geológica de Tambomachay.
El parque entero tiene una extensión de 325,92 kilómetros cuadrados y está localizada en el kilómetro 112 de la vía férrea de Cusco-Quillabamba, la estación del tren es conocida como "Puente Ruinas" y está a una altitud de 2 mil metros. De esa estación salen la mayoría de los autobuses que realizan los tures en este Centro Arqueológico.
El clima de este sector tiene algunas características hay sólo dos estaciones bien definidas y distinguidas: la estación lluviosa entre septiembre a abril, y la estación seca de mayo a agosto.
No obstante, Machupicchu se encuentra en la ceja de la selva amazónica, y las lluvias están latentes en cualquier mes del año. En los días más calientes es posible alcanzar aproximadamente 26° celsius, las mañanas más frías están en junio y julio donde la temperatura puede llegar a -2° C. Su temperatura media anual es de 16°C. Se puede diferenciar claramente dos estaciones al año: la época de lluvias (de noviembre a marzo), recomendándose a los visitantes llevar consigo ropa apropiada y la época de fuerte sol (de abril a octubre), con un aumento notable de la temperatura.
Hay un promedio de lluvias que fluctúa entre los mil 500 y los 2 mil 800 metros cúbicos, por lo que la humedad relativa mensual está en relación directa con las lluvias, por la que el promedio de humedad es de 77% durante los meses secos y 91% en los meses lluviosos.
Una de las características arquitectónicas más relevantes es que Machu Picchu se encuentra encima de una gran estructura orogénica de granito bautizada como el "Vilcapampa".
Esto, porque el granito blanco-gris es una piedra ígnea principalmente compuesta con un promedio de 60% de feldespato y 30% de cuarzo, y un 10% de mica; lo que le ha otorgado una resistencia única de seis siglos a esta construcción.
Del lenguaje incaico se traduce a Machu Picchu como "Montaña Vieja" en todo su conjunto andino, aunque de ella destaca la montaña famosa que se ve delante de las fotografías, y aparece en la mayoría de las vistas clásicas del sitio se llama Waynapicchu (Montaña Joven).
Del lenguaje incaico se traduce a Machu Picchu como "Montaña Vieja" en todo su conjunto andino, aunque de ella destaca la montaña famosa que se ve delante de las fotografías, y aparece en la mayoría de las vistas clásicas del sitio se llama Waynapicchu (Montaña Joven).
Un poco de historia
Resulta relativo indicar la época del primer poblamiento de estos territorios, pues no se puede hablar de fundaciones sino más bien de ocupaciones. Muchos exploradores antes de Hiram Binghman trataron de descubrir este Santuario Histórico, ya que habían oido hablar de él; sin embargo, hombres como Antonio Raymondi, el Conde de Sartiges y Charles Wiener no alcanzaron el éxito que posteriormente tuvo el norteamericano. Se sabe que sólo los hermanos Santander estuvieron en la base del Templo del Sol en julio de 1909, debido a una inscripción que aparece en dicho lugar.
El 14 de julio de 1911, arribó Hiram Binghman con especialistas de la Universidad de Yale en topografía, biografía, geología, ingeniería y osteología. Ellos fueron conducidos hasta el lugar por Melchor Arteaga, un habitante de la zona quien les dio derroteros de cómo llegar hasta lo que hoy se considera la Octava Maravilla del Mundo.
Posteriormente, en 1914, Binghman vuelve a Machu Picchu con apoyo económico y logístico de la propia universidad y la Sociedad Geográfica de los Estados Unidos al frente de un equipo especializado y con una publicación que ya circulaba por el mundo: "La Ciudad Perdida de los Incas".
En el plano original, Binghman sectoriza Machu Picchu de acuerdo a la orientación cardinal. Algunos nombres conservan su originalidad, pero luego de varias décadas de descubrimiento, los estudios científicos realizados por el patronato de arqueología del Instituto Nacional de Cultura han llegado a valiosas conclusiones sobre el uso y las funciones de los edificios en base a las excavaciones y relación arquitectónica con edificios similares del amplio estado inca.
Rutas y atractivos
Existen tres formas conocidas para llegar a Machu Picchu. La primera de ellas es la tradicional (o en tren), con una duración de tres horas; la segunda para quienes gustan del turismo de aventura es la ruta del "Camino del Inca", caminata que requiere de un gran esfuerzo durante cuatro días. Y la más novedosa es llegar hasta el pueblo de Aguas Calientes en helicóptero. Todos estos tures se contratan en el Cusco y tienen un valor promedio de 60 dólares.
Cuando se viaja en tren al lugar, hay que saber que existen 112 kilómetros de distancia entre la ciudad del Cusco y la estación de Puente Ruinas o Machu Picchu, por vía férrea; el viaje se inicia en la estación de San Pedro en Cusco, transmontando la montaña Picchu, por la vía zigzagueante hasta coronar el punto más alto denominado "El Arco" en la parte nororiental de la ciudad.
Continuando, se desciende por los poblados de Pory, Cachimatyo e Izcuchaca hacia la Pampa de Anta, amplia zona ganadera y de una indiscutible belleza geográfica. Discurriendo por la estrecha quebrada de Pomatales, se desliza hacia el Valle Sagrado de los Incas, por la estación de Pachar. Se atraviesa por el río Urubamba hacia la margen derecha para llegar a la estación de Ollantaytambo y posteriormente seguir hacia Puente Ruinas, destino final.
Quienes han recorrido por carretera el Valle Sagrado y no deseen perder tiempo retornando al Cusco, también pueden tomar el tren a Machu Picchu en la estación de Ollantaytambo.
Existen dos servicios: tren de turismo y autovagones, los cuales parten a primera hora y retornan por la tarde.
Quienes se encuentran en buen estado físico pueden tomar la ruta de Camino del Inca a Machu Picchu, que es conocido como el camino más famoso de trekking en Sudamérica por la conjunción de los diferentes elementos que ofrece al visitante. Se inicia en el kilómetro 88 de la línea férrea hacia el Valle de la Convención, en el lugar denominado Q'oriwayrachina, existiendo una distancia total hacia el santuario de 39. 6 kilómetros.
Para iniciar la caminata se cruza el puente Kusichaca, que como en la época incaica se ha construido, a manera de puente colgante, con cables de acero, sobre el río Urubamba. Luego de atravesar un bosque de eucaliptos, casi de inmediato se tomará contacto con los grupos arqueológicos de Q'ente, Pulpituyoc, Kusichaca y Patallaca, hasta arribar después de varias horas de caminata a Wayllabamba, donde se recomienda acampar.
El segundo día es el más difícil pues se deberá subir a 4 mil 200 metros sobre el nivel del mar hasta bajar al valle del río Pakamayu, donde se debe pernoctar.
Mientras se prosigue con la caminata, al tercer día, observará impresionantes restos arqueológicos como Runkuraqay, la laguna de Yanacocha y Phuyupatamarca, muy cerca del centro de visitantes de Wiñayhuayna, donde se puede acampar.
El cuarto día, y final de la aventura, se recomienda partir a las 8 de la mañana, para arribar a Machu Picchu luego de tres horas tras atravesar la ceja de selva y bordeando precipicios.
Durante todos los días de trekking se es testigo de una impresionante flora y fauna, que incluyen animales en extinción como oso de anteojos, pumas, zorros andinos, nutrias de río, gatos monteses y otros.
Se recomienda llevar bolsa de dormir o sleeping bag, mochila, cuchillo multiusos, pastillas contra el mareo y suero antiofídico.
En el caso de la ruta por helicóptero, existe sólo una empresa que ofrece un vuelo diario a las 8.45 a.m. desde el aeropuerto de Cusco, "Velasco Astete", con una duración del viaje de 25 minutos hasta el pueblo de Aguas Calientes. A pocos metros se toma el bus hacia la ciudadela, llegando en 30 minutos. En total desde la partida de Cusco se completa la travesía en 55 minutos. Desde lo alto se aprecia una panorámica impresionante de la Ciudad de Cusco y del Valle Sagrado, pero no se acerca a las zonas arqueológicas, por lo que es recomendable tomar las rutas terrestres para un mayor conocimiento de la zona.
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